sábado, 28 de julio de 2007

Repuesta Nº 2 a una pregunta tipo ensayo por Rosmery Vielma

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Curso: Lectura y Escritura para Educación Integral
Profesora: Angélica Silva
Período Académico 2007-I

Alumna: Rosmery Vielma
Sección: 002


¿Es correcto el empleo de herramientas pedagógicas como el dictado, la copia, las planas, libros de iniciación de lectura, entre otras, en una didáctica integral de la lengua materna?

A lo largo del tiempo el dictado, la copia, las planas, las caligrafías y los libros de iniciación de lectura han sido empleados como herramientas pedagógicas que complementan la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura en las etapas iniciales de la Educación Básica. En ese sentido, hoy considero que es necesario hacer una evaluación de ellas, para detenernos a pensar en las razones para utilizarlos o no. A continuación, presentaré algunas de mis ideas respecto al tema.

A mi juicio, el uso del dictado para corregir la ortografía no es adecuado. No puede esperarse que un niño, en etapas tempranas, escriba una palabra que quizás no conoce su significado con solo escucharla. El dictado puede emplearse con otros fines, por ejemplo: para la práctica o mejora de la escritura, toma rápida de apuntes, entre otros. De igual modo, sucede con las planas y las caligrafías. El niño puede escribir las palabras de forma correcta en ellas, pero este acto será mecánico. Hasta qué punto como maestros estamos seguros de que el niño después de hacer interminables planas comprenderá por qué escribió con desaciertos o por qué una palabra se escribe de un modo u otro. De la misma manera, pienso que lo descrito anteriormente ocurre con la copia, pues el niño escribe la palabra tal como la ve y luego, cuando ya no la está viendo, es posible que la escriba inadecuadamente.

En lo que a los libros de iniciación de lectura se refiere, creo que los mismos están obsoletos debido a que utilizan muchas frases descontextualizadas, por no llamarlas absurdas, que no tienen significados reales para el niño. A mi modo de ver, su uso como única excusa del empleo de herramientas para iniciar lectura constituye un error pedagógico, que conduce a los niños a repetir frases que no escuchan en su entorno ni en su vida diaria. Ejemplo de éstas son: "Pepe lima la lima", "Mi mamá me mima" y "Daniela asea su moño". Por tal razón, no estoy de acuerdo con el uso de estos libros tal y como están diseñados. Estaría de acuerdo con usarlos como un apoyo complementario en el aula si son reformulados, utilizando palabras y expresiones que justifiquen una comunicación real. Estaría de acuerdo con su uso complementario sólo si el maestro no les considera como el único ejemplo de bien cultural que utiliza un código escrito para iniciar la enseñanza de la lengua escrita. Me parece, además, importante que el maestro utilice diversos materiales escritos para enseñar a leer, ya que estos brindan diversos conocimientos y pueden reforzar los valores positivos en el niño de los cuales sabemos están algo distorsionados en los tradicionales libros de iniciación de lectura.

Finalmente, considero que el mensaje aquí no es que estas "herramientas" no puedan utilizarse en el aula. El mensaje aquí es para que el docente redefina su uso y modos de evaluación. Somos nosotros quienes vamos a determinar los casos en que puede emplearse cada una de las estrategias aquí analizadas, pero mi idea es que debemos hacerlo con conciencia, utilizándolas y evaluándolas correctamente para tener presente que no son las únicas estrategias, pues existen otras y las que no existan podamos crearlas.

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